Ataques contra personas sexualmente diversas

Nuevamente el diputado Orozco arremete contra las personas que pertenecen a la diversidad sexual, esta vez contra una diputada. ¿Cómo entender este tipo de actitudes tan irrespetuosas y discriminatorias?

 

     Este tipo de reacciones suelen tener múltiples causas. Por ejemplo, podría pensarse que se trata de una estrategia para estar de nuevo en medios de comunicación y catapultar su imagen. El señor Orozco ha dicho que tiene intereses políticos luego de esta administración. Otra explicación es que estaría tratando de convertirse en una especia de “héroe moral de la Patria”, con la intención de posicionar la idea de que es de suma importancia para el país que su partido político siga estando presente en la Asamblea Legislativa. 

 

     Hace algunos días se entrevistó en un medio de comunicación escrita a quien esperan que sea el sucesor del señor Orozco para la próxima administración. Pero más básicamente, se trata de un gesto caracterizado por un evidente irrespeto hacia una diputada que ha demostrado tener una visión clara y crítica con respecto a las principales problemáticas que aquejan al país, y que ha tenido la consistencia y el valor necesarios para expresar sus ideas al respecto.

 

Fanatismo religioso…

     El fanatismo religioso implica una renuncia a la capacidad de abordar el mundo circundante de manera objetiva y crítica; la persona fanática cree que la fe debe ser ciega.  Este tipo de personas renuncian a esta capacidad para permitir que sean otras personas las que les indiquen cómo deben interpretar los textos bíblicos, y posteriormente cómo deben pensar, actuar y vivir la vida.

 

     Con el pretexto de que esa interpretación tiene un origen divino, les inducen a aceptarla sin reparos y a defenderla a muerte. ¿Por qué alguien defendería tan vehementemente un conjunto de ideas que difícilmente ha sometido a la más mínima crítica? Tal vez porque necesita profunda e intensamente pensar que está en lo correcto, que tiene la verdad y que esa verdad le llevará a la salvación.  Sin duda, una salida cómoda a la hora de enfrentar el misterio de la vida y del sentido de nuestro paso por este mundo, pero al mismo tiempo potencialmente muy dañina.  Dañina porque esta vivencia particular de la religiosidad en realidad no le permite desarrollar una genuina empatía hacia el ser humano, independientemente de si se ajusta o no a su ideal de lo moral.

 

     Esta actitud no solo hace que muchas veces estas personas se distancien y hasta rechacen a otras por causa, entre otros motivos, de sus creencias religiosas o su orientación sexual. Conozco casos de hijos e hijas de parejas muy religiosas fundamentalistas que, ante la imposibilidad de que su madre y padre puedan entenderles y aceptarles como gais o lesbianas, deciden alejarse de estos, incluso a veces, tomando la decisión de ir a vivir a otros países para poder desarrollar un estilo de vida en consistencia con quienes son. Una triste lección de fanatismo que pareciera que por momentos puede llegar a ser más fuerte que el amor y el respeto más básico  por un hijo o una hija.

 

Resistencia ante la exigencia de respeto a la libertad y a la dignidad…

     Por último, también podríamos ver la actitud del señor Orozco como una señal de resistencia hacia un movimiento que ha venido avanzando y logrando reivindicaciones en los últimos años: los derechos humanos.  La lucha por los derechos humanos de las personas es la responsable de que cada vez más mujeres se sientan sujetas de derechos y rechacen seguir bajo el dominio y las imposiciones de hombres machistas.

 

     Gracias a las luchas por los derechos humanos hoy sabemos que los(as) niños(as) y adolescentes son personas que, entre otros, tienen el derecho a opinar, y que esa opinión debe ser tomada en cuenta. Gracias a las mismas, las poblaciones sexualmente diversas han logrado, poco a poco, hacer que en cada vez más países el tema de sus derechos se conviertan en un tema mediático que impacta cada vez más a la opinión pública.  Es de esperar, y seguramente seguiremos viendo arremetidas como las del señor Orozco, en la medida que más personas, al reclamar sus derechos, se opongan a los designios de los dogmas patriarcales, machistas, misógenos y homo-lesbo-bi-transfóbicos que subyacen a los fundamentalismos religiosos.

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