Vida después de la muerte

La muerte de un ser querido puede ser un evento devastador en la vida de cualquiera. Se debe de atravesar por un proceso de elaboración del duelo, es decir, de asimilar paulatinamente la desaparición de la persona hasta lograr un nuevo equilibrio emocional.  Si hay algo que nos puede resultar difícil de creer es que nunca jamás en nuestra vida volveremos a ver a la persona amada. Sin embargo, la muerte puede adquirir un significado diferente.

Según afirman muchas de las más antiguas tradiciones filosóficas y religiosas tanto de Oriente como de Occidente, el ser humano es esencialmente un ser espiritual. Con base en esto,  la muerte deja de ser simplemente el final de un ciclo en términos puramente biológicos,  para convertirse en un evento trascendental dentro de la lógica superior de nuestro paso por este mundo, de su razón última de ser.  Según han dicho durante siglos los líderes espirituales de estas tradiciones, los seres humanos somos esencialmente seres espirituales viviendo una experiencia terrenal y humana. Cuando somos capaces de percatarnos de esto –no solo de saberlo sino que también de sentirlo con certeza- comprendemos que el espíritu debe y merece volver a su hogar, a su estado original, en donde predominan la alegría y la paz absolutas.

Es imposible que se pierda el vínculo con la persona que partió.  Si lo que nos unió es el amor,  seguiremos cerca de ella aunque nos encontremos en planos distintos.  El amor es considerado el sentimiento primario que da origen a todo lo que existe. Quien toca con amor la vida de sus semejantes deja huellas de eternidad, porque el amor nunca muere.  No importa el tamaño de esa huella, persistirá en la vida de quienes tocó, los(as) que a su vez dejarán marca en otros(as) y así sucesivamente.  La desaparición física de una persona no significa su final sino todo lo contrario;  significa el inicio de una nueva etapa de su existencia en la vida de nosotros(as) y de su propio desarrollo espiritual.

Niños y adolescentes violentos

• Y sociedad en general

La violencia y la agresividad envuelven a niños y adolescentes

• Son víctimas de la violencia que se vive en el país, pero lamentablemente también aprenden lo que ven

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr

Para nadie es un secreto que los niveles de violencia en el país se han disparado en los últimos meses, y son los niños y adolescentes las principales víctimas. Pero esa misma situación hace que también sean personas vulnerables de aprender a resolver los conflictos de forma agresiva. La televisión, los videojuegos, la Internet y otros medios hostigan a esta población con contenido violento y agresivo, y crean en ellos una actitud incorrecta ante la resolución de problemas y les hacen creer que esa forma de ser es normal. Además, la violencia intrafamiliar es también una situación que influye. “La sociedad en general vive un ambiente hostil, los modelos que reciben los niños y adolescentes son violentos y se les enseña que la forma de solucionar los conflictos es por medio de formas agresivas, con gritos, golpes, armas o peleas, y no como debería ser, mediante una comunicación adecuada”, argumentó la psicóloga experta en niñez y adolescencia Rocío Solís. Para la especialista, la otra situación lamentable que está ocurriendo en el país es la violencia contra ellos, por ejemplo padres que agreden físicamente a sus hijos, algunos son víctimas de abuso sexual y explotación sexual comercial, muchos incluso han muerto en asaltos.

Sociedad violenta

“Es un ambiente generalizado, es una población vulnerable y por ello los adultos debemos trabajar fuerte para cambiar lo que ocurre, pero más bien la estamos dejando desprotegida. Implica un abordaje integral de toda la sociedad, todos somos responsables”, afirmó Solís. La psicóloga añadió que la violencia intrafamiliar es un problema serio, por ello aseguró que los niños deben crecer en un ambiente tranquilo y de paz, con el fin de que puedan tener una personalidad sana, y es que el primer núcleo de educación es el hogar. “Los padres deben saber cómo criar a sus hijos correctamente, la escuela también debe tener un ambiente sereno y la sociedad en general debe brindar armonía a la población y proporcionar a los niños y adolescentes espacios donde jugar, porque ahora no pueden salir”, recalcó Solís. Por su parte, la psicóloga de Enfoque a la Familia, Kathia Morales, coincide en que los niveles de tensión y estrés en los niños aumentan porque no pueden salir a jugar, debido a la delincuencia, y eso provoca que se queden dentro de casa viendo televisión o jugando videojuegos poco sanos.

Mezcla de factores

“Se junta la exposición de los estímulos violentos con el poco espacio que tienen para jugar al aire libre. Tampoco los adultos enseñan a resolver conflictos, porque ellos mismos emplean formas problemáticas de resolución. Antes se usaba el diálogo, pero ahora eso no se da”, dijo Morales. Los niños y adolescentes expresan su frustración o tensión peleando con sus compañeros y amigos, se muestran irrespetuosos con sus padres, e incluso hasta agresivos, y no acatan las reglas del hogar ni del centro educativo. El psicólogo Erick Quesada argumentó que la violencia siempre va de la mano con algún grado de malestar social, y es a través de ella que se canalizan las frustraciones, la impotencia y la falta de oportunidades que tiene, sobre todo, la población con menos recursos económicos. “También reproducen la violencia que ven, pero muchas veces donde aprenden es en los hogares. La violencia es seria y su origen es complejo, pues son muchas las variables que influyen, por ejemplo la violencia y la desigualdad. Son fuentes principales generadoras de violencia”, manifestó Quesada.

Descarga

Quesada explicó que el problema debe solucionarse desde varios frentes, pero lo más importante es enseñarle a esta población formas positivas de descargar lo que sienten. Además, es necesario que los padres sepan cómo aplicar los límites y, de ser el caso, que ellos mismos hagan un examen de conciencia, si es que en el hogar se vive bajo un ambiente violento y agresivo. “La gente está alarmada por la forma en que se han disparado los índices de violencia. Cada vez hay más adolescentes involucrados en hechos delictivos, pero aún la sociedad no entiende el origen del problema”, agregó el psicólogo. Quesada dijo que en las mismas formas de jugar de los niños se observan grados de violencia, juegan acerca de muertes violentas, de asesinatos y robos. “Un niño que se identifica con la violencia es porque siente que es la mejor forma de resolver conflictos, del juego a la realidad hay un paso. La violencia y frustración se manifiestan en la deserción escolar, el consumo de alcohol y drogas a edades tempranas y conductas riesgosas”, puntualizó.

Tomado de www.prensalibre.co.cr

Abandono emocional

• Es una forma de maltrato psicológico

Muchos niños sufren abandono emocional

• Este rechazo les produce resentimiento, que van acumulando incluso hasta llegar a la vida adulta

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr

Si bien es cierto cubrir las necesidades materiales de los niños es una parte importante de su cuidado, lo es aun más el suplir sus necesidades emocionales para que el menor se sienta querido por su familia. Sin embargo, por diversas razones, son muchos los casos en que los niños no reciben el afecto que requieren y son abandonados emocionalmente, lo cual va creando en ellos ciertos resentimientos que incluso se mantienen durante la adultez. A esta situación se le conoce como abandono emocional, que es una forma de maltrato psicológico que consiste en que las personas encargadas de la crianza de los niños no toman en consideración sus necesidades afectivas. “Puede ser que los padres brinden al niño todo lo material: ropa, útiles, cuadernos o juguetes, pero el problema es que esas necesidades emocionales no han sido tomadas en cuenta”, indicó el psicólogo Erick Quesada. El especialista aseguró que el abandono emocional es un maltrato muy sutil y por ello es difícil detectarlo.

Daño

Según considera el especialista, los niños deben recibir afecto, aprobación, seguridad y pertenencia. Cuando esto falta, los menores no se sienten queridos por sus padres y a partir de ahí comienzan a aparecer una serie de pensamientos que los entristecen. “Al no tomar en cuenta estas necesidades producen un daño emocional que puede ser severo. Son necesidades diarias de las que depende la buena autoestima, la imagen adecuada de sí mismos y un buen autoconcepto, tiene una íntima relación con la confianza en sí mismo, la seguridad y la posibilidad de establecer relaciones interpersonales y personales”, dijo Quesada. El psicólogo comentó que este es un problema muy frecuente y viene desde hace muchos años atrás, pues lamentablemente es parte de los patrones de crianza que no toman en cuenta estas necesidades. “El abandono emocional puede afectar el desarrollo de la personalidad. A nivel de consulta, el porcentaje de casos en que las personas se refieren a este maltrato emocional es muy alto, es un asunto pandémico que se da en todas las clases sociales”, aseguró el especialista. Estos problemas pueden expresarse con depresión, codependencia, contribuye a la violencia intrafamiliar y se manifiestan por vías somáticas.

Impacto

Una vez que el abandono emocional ha impactado negativamente en el niño, este comienza a tener ideas distorsionadas de sí mismo y piensa que no es valioso, se siente inferior a los demás y no merecedor de afecto. No siempre la persona que sufre esta situación va a afectarse o a desarrollar un trastorno, pero sí afecta de alguna forma su calidad de vida, por el contrario si se satisfacen esas necesidades, el niño se sentirá querido y no tendrá ideas malas de sí mismo. “Los padres deben hacer una reflexión interna y responder a la pregunta de si ellos mismos pudieron haberlo sufrido, si siente que alguna necesidad no fue satisfecha, es importante analizar si está reproduciendo ese daño a sus hijos”, aseveró el psicólogo. Muchas veces los padres que no se preocupan por la salud emocional de sus hijos ni por darles afecto es porque tampoco lo recibieron de sus padres cuando eran pequeños, por lo que reproducen esa actitud. Influyen otros factores como los problemas de pareja, violencia intrafamiliar, problemas económicos, cuando los hijos no son deseados o bien cuando no se ajustan a lo que los padres esperaban.

Afecto

Es importante que los niños tengan una buena calidad de vida, pero cuando los padres se preocupan tanto por lo que les puede hacer falta descuidan esa parte emocional, pues no conversan con los pequeños sobre cómo se sienten y no les dan muestras de cariño tan simples como un beso o un abrazo. “El niño debe recibir afecto incondicionalmente, merece cariño por el hecho de existir, no tiene que ganárselo, la aprobación también debe ser incondicional, tanto con sus aspectos positivos como con sus áreas fuertes”, afirmó el especialista. Según Quesada, al niño debe hacérsele sentir que pertenece al grupo familiar, tomarle en cuenta su parecer y validar sus sentimientos, su forma de pensar y no descalificarles. “Son personas vulnerables y dependientes, como parte de su desarrollo evolutivo. Si se les rechaza lo perciben, tienen absoluta capacidad para percibir el ambiente, ya a su nivel van experimentando sensaciones, conforme la edad aumenta lo van elaborando más”, aseguró Quesada. Si un adulto siente haber sido víctima de abandono emocional o bien hay padres que sienten tener esta actitud con sus hijos, es importante buscar ayuda.

Tomado de www.prensalibre.co.cr

Divorcio y sufrimiento infantil

Manejo de ambos debe ser cuidadoso

Niños siempre sufrirán con separación de padres

• Muchos padres que viven separados por un divorcio o separación hacen partícipes a los niños de sus problemáticas, lo cual afecta seriamente su estado emocional

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr

Aunque los niños sean pequeños o más grandecitos, la separación de sus padres siempre les afectará. Por ello es importante que ambos sepan manejar la situación, para que el dolor del menor no se incremente. Algunos padres hacen partícipes a los niños de sus problemáticas, muchos insultan al otro delante de los pequeños o muestran su tristeza ante el hecho, lo cual hace que el estado emocional del niño o del adolescente empeore. Por sí mismo, el divorcio ya es un golpe doloroso para los infantes, porque ven destruida la unión familiar. Además, deben adaptarse a un nuevo estilo de vida, pues de ese momento en adelante deberán acostumbrarse a que mamá o papá ya no vivirá con él. “La separación va a afectar al niño porque sabe que sus padres ya no estarán juntos y permanecen con la ilusión de que los padres se vuelvan a unir. Los padres deben hablar claro con los niños sobre la decisión que tomaron”, explicó la psicóloga clínica Gladys Brenes.

Manejo

Para no afectar a los niños, los padres deben tener un manejo adecuado de la situación, para lo cual deben tener una muy buena comunicación sobre las visitas del niño a la casa del padre o la madre que vive fuera de casa, así como sobre los límites y disciplina del menor. También es importante que al menos en alguna ocasión se reúnan juntos, para que el niño pueda tener momentos para compartir con ambos y no tener que renunciar así a disfrutar de la compañía del otro, sobre todo en ocasiones especiales como cumpleaños o graduaciones, por ejemplo. “Es bueno que los niños sigan manteniendo relación con los familiares de la madre y el padre, y cuidar la estabilidad en cuanto a definir las visitas y las salidas, para no limitar al niño a no ver a alguno de sus padres”, afirmó la especialista. Aunque la situación no dejará de ser dolorosa, es bueno que los padres hagan ver al niño aspectos positivos de la situación, como que podrá tener dos casas, dos habitaciones y compartir con ambos a pesar de que estén separados, con lo que el niño no se sentirá inseguro y podrá asimilar mejor la separación.

Duelo

Los niños siempre experimentarán un duelo con el divorcio de sus padres, aunque algunos más que otros, pero el grado de afectación dependerá de cómo manejen ambos el asunto. A veces los niños se sienten tristes y deprimidos, porque han visto a alguno de los dos sufrir. “El duelo es un dolor por la pérdida del padre o la madre que a veces toma tiempo, dependiendo del manejo que hagan. Se espera que al mes un niño ya pueda volver a divertirse y estar con un comportamiento normal, porque debe ir dando avances a su nivel de aceptación. Lo importante es que sientan que están acompañados y que nunca lo dejarán solo. Los padres deben aclarar al menor que es una decisión de ambos, que no tiene nada que ver con ellos y que nunca le dejarán de amar”, expresó Brenes. Por su parte, el psicólogo Erick Quesada comentó que los pequeños deben pasar por un proceso de elaboración del duelo que se ha generado por la pérdida de la vida en familia, la convivencia y la unión familiar.

Manifestaciones

Los pequeños suelen presentar manifestaciones provocadas por la separación, suelen desarrollar miedos, angustia porque no saben qué viene, se muestran tristes, es probable que bajen el rendimiento académico, que estén ensimismados o bien tengan mala conducta, con el fin de llamar la atención, por lo que se vuelven rebeldes. “Las reacciones van en función del carácter de cada niño. También depende de los términos de la separación, pero aunque reaccionen diferente, ante una separación siempre atraviesan por un periodo de ajuste”, dijo Quesada. Ese lapso puede tardar cierto tiempo, pero a los seis meses se espera que el niño o el joven haya superado la situación. Si este se prolonga y no muestran mejoría o ninguna señal de que están superando la separación, es mejor buscar ayuda. “Todo depende también de la forma en que mamá y papá continúen relacionándose. Si optan por comunicarse de una manera sana será sano para los niños también. Se aconseja que traten de tener una buena comunicación y que lleguen a acuerdos mutuos”, acotó el psicólogo. Un buen manejo hace que los niños se sientan seguros y estables. Si ambos pelean y en el medio están los pequeños, eso acrecentará más el dolor que sienten.

Tomado de www.prensalibre.co.cr