Hijos de padres depresivos

Hijos de padres deprimidos viven un tormento

• Sufren con la situación

No solo la persona con depresión sufre, también lo hace el resto de la familia, pues se altera toda la dinámica del hogar

Angie López Arias   alopez@prensalibre.co.cr

La vida para una persona con depresión es sombría, difícil de sobrellevar y triste, pero lo cierto es que el panorama es también complejo para toda la familia pero más aún para los niños quienes terminan viviendo un tormento pues se altera por completo la dinámica familiar.

El que un pequeño vea a su madre o padre depresivo en todo momento, sin ganas de vivir e incluso con ideas suicidas es muy doloroso porque sufre con la situación, pero lo es más el ver que no puede hacer nada al respecto para cambiar el panorama que se vive en casa.

Por esa razón es importante dar apoyo y tratar a la persona deprimida pero también intervenir con el resto de la familia ya que se dan cambios drásticos en la vida diaria y la cotidianeidad se vuelve más compleja, además es vital evitar que los niños caigan en esta grave enfermedad.

Los niños sufren de igual manera porque el tiempo que le dedicaba papá o mamá disminuye y los juegos, el compartir y disfrutar juntos se vuelve cada vez más escaso y porque en general, la relación padres e hijos cambia radicalmente lo mismo que la comunicación.

Modelaje

El psicólogo Erick Quesada, explicó que los niños ven el mundo a través de sus padres, por lo que si ellos están deprimidos y ven la vida oscura, los pequeños podrían aprender a tener la misma percepción pues el ejemplo que están observando en todo momento en sus hogares.

“Los niños podrían comenzar a construir una visión de la realidad mediatizada por los sentimientos de los padres; hay tristeza, desánimo y negatividad y todo esto lo van interiorizando los menores porque los padres son los principales modelos de los pequeños”, aseveró Quesada.

Si los niños viven en medio de este panorama, reaccionarán ante el mundo y el entorno de la misma manera de como lo hacen sus padres, de ahí que sea tan importante que toda la familia se someta a la ayuda de un profesional pues no solo el depresivo se está viendo afectado.

La depresión en los niños es ahora algo frecuente pero sus manifestaciones son distintas a los adultos ya que pueden mostrarse inquietos, tienen dificultad para concentrarse y se muestran dispersos, hay otros que por el contrario se retraen, juegan menos y no tienen contacto con otros.

Aprendizaje

Por su parte el director del Instituto Conductual de Costa Rica, Galo Guerra, manifestó que la depresión en los padres sí puede afectar a los niños pero sin ser una situación traumatizante para ellos.

“El niño buscará divertirse por sí mismo aunque vea a la mamá o al papá triste, pero cuando quieren jugar es común que los padres lo callen o impidan que jueguen, entonces comienzan a ejercer sobre el niño un control para que no se entretenga. Son las circunstancias que hace que el menor se deprima pero por razones entendibles”, aseguró Guerra.

El experto indicó que también los niños pueden reproducir algunos comportamientos depresivos pero como una forma de manipulación, es decir, si ven que pueden sacar ganancias de un estado depresivo como el no ir a la escuela o que reciban regalos, por ejemplo, lo harán.

“La gente piensa que los niños no son inteligentes y sí lo son. Por sí mismos no se convierten en depresivos pero pueden entristecerse si le impiden el acceso a la diversión, hay dos planes inmediatos que los padres pueden hacer, darle al niño un espacio para el juego o que alguien le cuide en ciertos momentos”, recalcó.

Frecuente

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la enfermedad del siglo XXI, ha habido un aumento en los casos lo que responde a varios factores como la violencia social que se vive y un estilo de vida mucho más acelerado lleno de estrés y sin tiempo de esparcimiento así como la crisis económica que azota al mundo.

Existe la depresión endógena que se origina por trastornos bioquímicos y la depresión exógena o reactiva, es decir, se da cuando la persona vivió un acontecimiento traumático como la pérdida de un ser querido, el desempleo o cualquier otros evento externo. Hay otros tipos de depresión como la distimia que es de menor intensidad y que suele confundir con problemas de carácter e irritabilidad.

Lo más importante en la depresión es el diagnóstico temprano el cual indicará el tratamiento a seguir que será el que mejor se adecué a las necesidades del paciente, podría ser tratamiento farmacológico o bien psicoterapia. Es recomendable tratar a la familia pues no solo la persona enferma sufre.

Tomado de www.prensalibre.co.cr

Tristeza en navidad

• Algunas experiencias pueden ser dolorosas

Navidad evoca el pasado

• Con la llegada de esta época, muchas personas reviven sentimientos de tristeza por situaciones vividas. Si la depresión es muy intensa, hay que buscar ayuda

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr
Foto: Photos.com

Mientras muchos están haciendo planes para disfrutar la Navidad y las fiestas de fin y principio de año junto a familiares y amigos, otros se aíslan del entorno porque se sienten deprimidos, melancólicos y nostálgicos, y es que esta época no representa la felicidad que se debería tener.

La Navidad trae consigo para una mayoría euforia, alegría, diversión, amor y paz, por el contrario para algunos puede ser un período que les llena de tristeza porque la asocian con experiencias dolorosas vividas durante el año o en tiempos pasados, lo cual le hace sentirse mal en estas fechas.

Este mes no ocasiona por sí solo la depresión, pero puede hacer que quienes estén viviendo alguna situación difícil se sientan aún más abatidos o bien, que esos recuerdos poco gratos que experimentaron en algún momento, vuelvan a la mente a abrir heridas que se creía estaban cerradas.

El director del Instituto Cognitivo Conductual, Galo Guerra, comentó que es una época sensible ya que culturalmente se vive con mucha alegría, euforia, ansiedad y expectativa hacia lo positivo, sin embargo, eso hace que algunas personas ante la mínima situación que no tenían prevista, se sienten mal.

Tristeza aumenta

Según Galo, también puede ocurrir que personas con condiciones depresivas incrementen ese mal en estas fechas porque ven a todos a su alrededor alegres, felices y disfrutando pero ellos no tienen la misma sensación, lo cual les lleva a alejarse y eso les deprime más.

“La regla es hacer todo lo contrario a lo que mi estado de ánimo me dice que haga, la depresión es tramposa porque si me siento mal me aíslo pero eso me deprime más. Es un excelente contrapeso”, dijo Guerra. Por ejemplo, si la persona quiere alejarse, más bien lo que debe hacer es busca compañía.

Otra razón es que lamentablemente hay personas que se concentran solo en lo material entonces ven lo que no tienen o lo que no pueden dar y se entristecen, cuando el verdadero sentido de la Navidad no es dar regalos sino compartir, estar con los seres queridos y tener un momento de paz.

“Esa tendencia cultural de concentrarnos en lo negativo también afecta mucho la visión y percepción de la Navidad. Esa actitud en muchos momentos aumenta la dimensión de la soledad y tristeza y la lleva a niveles depresivos e incapacitantes que impiden ver a las personas la otra cara de la moneda”, aseveró Guerra.

Recuerdos

Por su parte el psicólogo Erick Quesada, indicó que la Navidad es una época feliz para algunos pero no así para otros, esto porque puede traer malos recuerdos ya que hay quienes sufrieron privaciones emocionales, maltratos e incluso que recuerdan navidades en las que en sus hogares predominaba el alcoholismo y la violencia.

“Remueve muchos sentimientos en las personas porque se vende la idea de que todo el mundo es feliz, que predomina la unión y armonía familiar y la paz, pero desgraciadamente no en todos es así. Hay personas que también tiene dificultad para elaborar duelos o aceptar que hubo tiempos pasados que ya no volverán”, manifestó Quesada.

Es normal que si se vivió un divorcio, la muerte de un ser querido o alguna situación dolorosa similar, la persona no puede disfrutar a plenitud de la época, aunque esto es un indicativo de que no ha elaborado bien el duelo esto hace que la navidad tienda a llenar de nostalgia a la persona.

“La persona vive la Navidad no con tanta emoción, se muestra escéptico, con desilusión, poco entusiasmo, puede ser que no se conecte con el ambiente emocional propio de la época, puede ser que emocionalmente no se involucre tanto y por tanto se aísla y así experimenta la Navidad”, afirmó.

Inconclusos

Quesada expresó que lo idóneo es que esta época y todas las demás conmemorativas (como día de la madre, día del padre por ejemplo), las personas tengan conciencia de sus asuntos inconclusos. Nadie tiene una vida perfecta y todos tienen un pasado pero hay que cuestionarse hasta que punto se está dispuesto a arrastrar el pasado.

La psicóloga, Marielos Hernández, explicó que las personas tienen que analizar su historia personal para así encontrar la razón de ese evento que le desencadena mucha tristeza, si bien es cierto hay situaciones que marcan muchos, es necesario buscar ayuda si la situación se repite y se sale de control.

“Hay un contraste fuerte anímicamente que hace que se rememore lo que se vivió, aparecen de nuevo sentimientos de dolor otra vez. Asocian la luz de adornos, el árbol y la alegría de la gente con una sensación de pérdida, con temor, desazón y por ello se excluye del ambiente festivo”, señaló Hernández.

La especialista recomendó que si las personas se sienten vulnerables, planifiquen qué hacer en esas fechas, buscar en otros comprensión, hablar de lo que sienten y tratar de disfrutar. Hay que vivir el dolor pero no resolver esas situaciones echándose a morir, es crear una estrategia de sobrevivencia a fechas difíciles.

Tomado de www.prensalibre.co.cr

 

Depresión post parto

Sacúdase de la depresión

 

La madre experimenta cambios emocionales tras la llegada del bebé

Neyssa Calvo Achoy
ncalvo@aldia.co.cr

Cientos de madres no se imaginan lo que les espera al regresar a casa tras una labor de parto.

Muchas no solo tendrán que lidiar con las trasnochadas, el llanto insistente del bebé y los quehaceres del hogar. También lo harán con los cambios emocionales clasificados por los expertos como depresión posparto.

Un mal que según la psiquiatra Mercedes Rivas, afecta a nivel mundial, entre un 10 y 15 por ciento a las mujeres en la cuarentena.

Comúnmente los síntomas pueden presentarse entre la cuarta y sexta semana después del parto, con períodos variables de duración. Por ejemplo: los cambios de humor pasajeros, incomodidad por el período menstrual, hipersensibilidad, llanto, irritabilidad y ansiedad.

En algunas ocasiones, añade el doctor Francisco Fuster, la madre llega a tener sentimientos de culpa, tristeza profunda y gran fatiga. Pese a ello no descuidan a su hijo ni un minuto.

Agrega que para salir de la depresión, que suele ser pasajera, lo recomendable es buscar ayuda profesional, pues no es suficiente la palmadita en el hombro.

El primer paso es mostrarles que sufren de la enfermedad y luego animar a la paciente para que exprese sus emociones, dice el psicólogo Erick Quesada.

Asimismo recalca Quesada, la pareja debe involucrarse y saber que la actitud no es voluntaria.

En la mayoría de los casos sienten que el tiempo no les alcanza y por ello se sofocan.

Por eso sería bueno e importante darles asistencia para que descansen.

Tomado de www.aldia.co.cr

Distimia

Es una condición conocida como distimia

Trastorno del ánimo impacta negativamente vida de muchos

• Algunos síntomas de este mal son pérdida de confianza en sí mismo, sentimientos de inferioridad, dificultad para concentrarse, percepción negativa de la vida y en general un estado de pesimismo permanente

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr
Foto: Photos.com

Una alteración del estado anímico de las personas llamado distimia podría confundirse con la depresión, pues tiene síntomas muy similares, sin embargo, aunque son de menor intensidad, suelen permanecer por más tiempo afectando las diferentes áreas de su vida.

Esta condición produce en la persona malestar y sufrimiento, pues tiene una rara sensación que le acompaña y presenta un estado de pesimismo permanente, que a la vez le imposibilita afrontar los compromisos diarios y le hace ver su existencia de forma negativa. Esta situación llega a influir en su entorno y en general en sus relaciones personales, pues al trastorno distímico se le suman otras señales como pérdida de confianza en sí mismo, que conllevan sentimientos de inferioridad, dificultad para concentrarse, pérdida de interés por las actividades que antes le eran placenteras, entre otros.

El psicólogo del Instituto Conductual de Costa Rica, Galo Guerra, comentó que la persona distímica también permanece triste, se siente sola, le falta voluntad y carece de motivación, características que deben perdurar por más de dos años al menos cinco días a la semana para determinar que es distimia.

Malestar constante

Según Guerra, la distimia y la depresión se diferencian por la intensidad de los síntomas y la depresión, en el primer trastorno, aunque las señales son de menor intensidad tienen una mayor duración, lo cual hace más difícil que la persona pueda salir de esa situación.

“Dura más en el tiempo, pero la intensidad de los síntomas es más baja que la depresión, la persona logra mantener la relación con su familia y amistades, pero éstas no son satisfactorias; la depresión por el contrario incapacita casi por completo a la persona”, afirmó el especialista.

La distimia puede deberse a un problema biológico debido a la alteración en los sistemas de secreción de hormonas (hay una menor producción de una sustancia llamada serotonina), lo cual hace que la persona no alcance niveles de funcionamiento satisfactorios.

Sin embargo, en otros casos también puede deberse a factores psicológicos que no le ayudan a vivir su vida con alegría y felicidad, por el contrario, el futuro lo ve sombrío y mira su existencia con total negativismo, también hay patrones familiares que se pueden adquirir.

Efectos

Guerra dijo que como la persona tiene sensaciones de tristeza permanentes siente una gran insatisfacción por la vida, esto provocará que no disfrute actividades que para otros son placenteras o que solían ser divertidas para ella, esto a la vez hará que los demás a su alrededor se alejen porque la ven aburrida y al tener una crítica negativa de todo, hace sentir incómodos a quienes están a su alrededor.

“A quienes les rodea no les afecta gravemente porque no es como tener a una persona depresiva, el distímico sigue con su vida normal pero no disfruta lo que hace, por eso no resulta una carga para la familia pero las personas de su entorno se alejan porque la ve como alguien amargado”, indicó Guerra.

El especialista aseveró que como parte del tratamiento se busca que la persona logre volver a tener sentido por su vida y placer por lo que hace, que tenga metas e ilusiones y que luche por un proyecto de vida, lo cual puede no resultar tan fácil pero sí es posible.

“Lo que ocurre es que la persona lleva dos años sintiéndose así, por eso el arte es intentar neutralizar su pesimismo crónico, lo cual es un reto, en algunas ocasiones para cambiar esos pensamientos se recurre a medicamentos y terapia psicológica. Cuando no son causas orgánicas, la distimia desaparece, pero de ser así, se controla pero no se elimina”, agregó.

Guerra indicó que se estima que un 3% de la población padece distimia, la cual aparece aproximadamente a partir de los 21 años.

Frecuente

Por su parte el psicólogo, Erick Quesada, dijo que este trastorno, al igual que la depresión, son condiciones frecuentes que tienen a generalizarse en todas las personas sin distinción alguna, por lo que se les denomina como enfermedades del Siglo XXI.

“Este tipo de trastornos está asociado con el déficit de serotonina que es un neurotransmisor encargado de regular los procesos del estado de ánimo. Es leve porque a pesar de que implica una molestia para la persona y quienes le rodean, no es una condición que le incapacite; puede trabajar y hacer una vida normal”, afirmó Quesada.

El psicólogo agregó que hay factores de índole existencial que es cuando la persona siente que vive una vida que no es la que quería, pues no se siente motivada y se le dificulta cumplir con los compromisos y obligaciones que tiene, lo cual puede volverse crónico.

“La distimia puede volverse crónica, la gente dice que una persona distímica es alguien amargado y que así nació pero no, las personas tienen que saber que no es normal así y que no es una forma de ser, quienes presentan estos síntomas deben sospechar que no están bien y acudir a un profesional”, manifestó Quesada.

Tomado de www.prensalibre.co.cr