Proyecto de vida lésbico…

Tengo 29 años y salí del closet como lesbiana desde hace 7. Sin embargo, todavía me cuesta imaginarme un proyecto de vida sin casarme y sin tener hijos(as)…

     No pocas veces suele resultar complicado o difícil gestar un proyecto de vida fuera del mandato social de la heterosexualidad monogámica, fuera de la figura del matrimonio y de la tenencia de hijos e hijas.  Esto se debe a que desde muy pequeñas(os) hemos interiorizado este modelo, que es reforzado constantemente en diferentes momentos de nuestra vida por parte de nuestra familia, los(as) amigos(as), la iglesia, los medios de comunicación, etc.

     Sin embargo, sí es posible pensar y llevar a cabo en un proyecto diferente. He escuchado a muchas personas que pertenecen a la Diversidad Sexual decir que han logrado construir estilos de vida que les resultan sumamente satisfactorios, que les ofrecen la posibilidad de realizarse en diferentes ámbitos de su vida y de vivir de forma digna y plena. Con esto no se quiere decir que casarse y tener hijos e hijas esté mal, o que no sea un proyecto de vida válido, claro que lo es… sin embargo, no tiene que serlo necesaria ni obligatoriamente para todas las personas.

     Así como hay personas heterosexuales que han decidido no casarse o casarse y no tener hijos(as), hay personas que pertenecen a la Diversidad Sexual en otros países que se han casado y tenido (o adoptado) sus propios(as) hijos(as). Sí es posible diseñar proyectos de vida satisfactorios y plenos de sentido. Uno de los primeros pasos es que la persona, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, se pregunte a fondo quién es, qué considera realmente importante o trascendental en la vida y a qué actividad, oficio o profesión quisiera dedicarse. Si a esta interrogante se responde con honestidad y valentía, es muy probable que sepamos tomar las mejores decisiones.

Publicado en Revista Gente 10

Respeto a las muestras de afecto de personas sexualmente diversas

Estoy de acuerdo con que las personas gais y lesbianas se puedan dar muestras de afecto en público (como abrazos y besos) pero en lugares de “ambiente”. En la calle deberían respetar a las personas heterosexuales…

     En realidad me parece que  esta afirmación está fundamentada en una serie de prejuicios. Se habla de guardar el respeto a las personas heterosexuales pero, ¿darse besos y abrazos en público significa realmente un irrespeto? Probablemente alguien podría pensar que sí al considerar a la homosexualidad y al lesbianismo como una especie de aberración, como una desviación inmoral o como una abominación.

     Podría pensarse de esta manera si hemos interiorizado la moral convencional de nuestros sistemas patriarcales, según la cual únicamente la heterosexualidad responde a lo “natural, normal y moral”.  En otras palabras, estamos ante típicas expresiones producto de la homo-lesbofobia social. El irrespeto consiste, más bien, en señalar, reprimir o condenar a las personas gais y lesbianas que se expresan afecto en lugares públicos de cualquier índole.

     Desde una perspectiva respetuosa de la Diversidad Sexual y los Derechos Humanos, todas las personas tenemos el mismo derecho de mostrarnos afecto sin importar nuestra orientación sexual e identidad de género.  Esta es una condición de equidad más que debemos seguir promoviendo quienes creemos en la importancia de crear las bases para generar una sociedad cada vez más justa, solidaria  y respetuosa.

 Publicado en Revista Gente 10

¿Preferencia sexual u orientación sexual?

¿Es lo mismo hablar de orientación sexual que de preferencia sexual?

No es lo mismo.  La orientación sexual no se elige, no es un asunto de preferencia. Las personas no podemos elegir si queremos ser gais, lesbianas, bisexuales o heterosexuales.  Lo que sí podemos hacer es elegir el estilo de vida que más se adecúe a nuestras necesidades y deseos en función de nuestra orientación sexual.

En este punto hay que recordar que las orientaciones sexuales no son “puras”, es decir, que no todas las personas son, por ejemplo, puramente heterosexuales o puramente gais o lesbianas.  El reconocimiento de esta condición y la posibilidad de  vivirla a través de la concepción de novedosos estilos de vida es un acto de libertad que está por conquistar.

Publicado en Revista Gente 10