Navidad y Diversidad Sexual

Siempre he pensado que la navidad no fue hecha para la gente gay. Por lo general me deprimo un poco en esas fechas… ¿Hay algo que pueda hacer?

     Podría decirse que,  en realidad la navidad, tal y como nos la venden desde hace muchos años, no fue diseñada para mucha gente. Desde hace mucho convirtieron esta celebración en un fenómeno de consumo. Se supone, según la tradición cristiana, que se celebra el nacimiento de un maestro, de un ser que se encarnó para servir de guía a la humanidad, para traer un mensaje profundamente espiritual. Pero no parece que este sea el significado que se le da a estas fechas.

     Para tener una navidad feliz o perfecta debemos contar con lo que los medios de comunicación nos han hecho creer que necesitamos tener y ser: heterosexuales, de clase media o alta, tener una familia convencional (madre, padre, hijos/as, abuelitos/as, mascotas, etc.), tener dinero suficiente para dar buenos regalos a nuestros/as familiares, amigos/as, compañeros/as de trabajo, vecinos/as, etc. Además, tener una casa bonita, salud y trabajo. Sin embargo, ¿cuántas personas en realidad cuentan con esta serie de requisitos socialmente impuestos para poder disfrutar de una navidad feliz? La realidad nos dice que no son la mayoría. No todas las personas son heterosexuales ni tienen familias convencionales y no todas poseen los recursos económicos para despilfarrar. En los anuncios de televisión para promover el consumo desmedido en esta época no aparecen hogares pobres ni cómo celebran la navidad las personas que viven en la miseria. Tampoco es de esperar que toda la agente tenga salud y trabajo en esta época, y así podríamos seguir enumerando factores en esta dirección.

Vía de escape

     La navidad y las celebraciones de fin de año son para mucha gente una oportunidad para olvidarse de muchos de sus asuntos pendientes, algunos de índole personal.  El afán por las fiestas, celebraciones y el consumo muchas veces desmedido e irresponsable, lejos de permitir la reflexión sobre temas como la hermandad, la bondad y el amor hacia nosotros/as mismos/as y hacia quienes nos rodean,  facilita más bien que mucha gente se olvide de sí misma, que se pierdan  en una sensación de felicidad hueca y pasajera que empieza a desaparecer dolorosamente durante las primeras horas del primer día de enero.

¿Qué podemos hacer?

     Todas las personas tenemos la oportunidad, si así lo deseamos, de reflexionar de una forma crítica sobre esta realidad.  Cada quien sabe cuáles son sus hábitos, deseos y expectativas asociadas a esta época, así como sus frustraciones y tristezas.  Es importante ser conscientes de que podemos renunciar a este “ideal” navideño para otorgarle un significado diferente, más apegado a nuestras realidades y condiciones.  Seamos creyentes o no, puede servir esta época para la reflexión;  porque en este momento que nos toca vivir es mucho sobre lo que tenemos que pensar y repensar como miembros/as de esta sociedad en aras de construir un colectivo humano más inclusivo, solidario y respetuoso.

Publicado en Revista Gente 10

Abordaje psicoterapéutico de la homofobia

La homofobia internalizada es resultado de la homofobia social. Cuando la persona se reconoce como gay, lesbiana, bisexual y/o transgénero puede dirigir hacia sí misma una serie de sentimientos que genera la homofobia social, como el odio, el rechazo y el miedo, lo que a su vez podría afectar gravemente su autoestima y auto concepto.

En psicoterapia el tratamiento inicia por desmitificar, o someter a un análisis riguroso, los prejuicios y estereotipos sobre los que descansa la homofobia social, para determinar que se trata de ideas infundadas desde el punto de vista científico. Luego, por lo general, se entra en una etapa donde se aborda el impacto emocional de la homofobia internalizada, y cómo ha podido afectar a la persona.

Cuando se comprende que no hay motivo alguno para sentir rechazo, miedo o culpa por la propia orientación sexual y/o identidad de género, es factible entonces revisar temas como relaciones de pareja y proyecto de vida. Esto porque, como sabemos, estas dos áreas tan importantes de la vida están condicionadas por códigos heteronormativos en nuestra sociedad, por lo que hay que reconsiderarlas desde la perspectiva del estilo de vida que cada persona decida tener.

El abordaje también puede implicar tocar temas tan importantes como las relaciones familiares, las relaciones con compañeros(as) de estudio y trabajo y la vivencia de la espiritualidad como una necesidad humana. La homofobia interiorizada se puede superar. Las ganancias y ventajas de hacer este trabajo son de incalculable valor, puesto que se sientan las bases que sustentarán no solo la auto aceptación, sino también del orgullo y la satisfacción de ser quien se es.

Publicado en Revista Gente 10

¿Pueden hacer algo los padres y madres de gays y lesbianas más allá de aceptarles como son y apoyarles en sus decisiones?

Dr. Erick Quesada R.

Definitivamente sí. Existen el en mundo diferentes grupos de padres, madres y amigos(as) de personas gays, lesbianas, bisexuales y transgénero que dan una gran lucha para que los derechos de sus hijos e hijas y amigos(as) sean reconocidos.

Por ejemplo en 2007, se realizó en Montevideo, Uruguay, la III Convención Internacional de Familias por la Diversidad Sexual, que en esa oportunidad se denominó “Unidad Familiar en la Diversidad”. En esa ocasión tuve la oportunidad de representar al país como colaborador del Centro de Investigación y Promoción para América Central en Derechos Humanos (CIPAC).

Fue realmente enriquecedor escuchar la experiencia de muchos padres y madres de países como España, México, Argentina, Brasil y Colombia, entre otros, narrar sus experiencias en torno a su necesidad de organizarse para hacerse escuchar y promover la toma de conciencia en sus respectivos países sobre el impacto de la homofobia social y el profundo daño que puede causar a las personas que pertenecen a la Diversidad Sexual.

Las acciones a tomar pueden ser variadas; algunos padres y madres forman grupos de apoyo para otros padres y madres que recién se han dado cuenta de la orientación sexual de su hijo o hija; otros deciden acudir a medios de comunicación para denunciar situaciones de discriminación y otros dictan charlas de sensibilización sobre la temática.

En Costa Rica todavía no contamos con grupos de este tipo, a pesar de la gran importancia del trabajo que realizan.

Publicado en Revista Gente 10