Adicción al sexo

Adicción al sexo

 

     La adicción al sexo es de las adicciones que más se niegan y  esconden en la actualidad. Se trata de una conducta compulsiva que lleva a la persona a realizar actos sexuales incluso sin desearlo verdaderamente, lo que deja como resultado una sensación de insatisfacción y vacío. La conducta adictiva inicia por lo general en la mente, a través de fantasías sexuales y pensamientos eróticos que frecuentemente se nutren de la pornografía. Luego, la persona experimenta la necesidad de hacer realidad esas fantasías,  por lo que es de esperar que inicie la búsqueda de aventuras sexuales. 

 

     El cuadro puede complicarse progresivamente al extremo de que la persona llega a tener encuentros sexuales con personas desconocidas o a pagar por favores sexuales y, en el peor de los casos, a cometer delitos como el incesto, el abuso sexual y la violación.  Dentro de las posibles causas de esta adicción se encuentran el abuso sexual, –sobre todo si se sufrió durante la infancia- las dificultades para establecer relaciones de intimidad y confianza con otras personas y un aprendizaje distorsionado de la sexualidad, en el que se ve reducida a la obtención de placer físico. Se ha visto que para estas personas la adicción al sexo se convierte en una válvula de escape, pues también presentan dificultades para enfrentar y resolver los problemas y situaciones propios de la vida cotidiana.

  

     La ayuda psicológica es sumamente útil para este tipo de adicción. El proceso de recuperación consiste básicamente en aprender a establecer relaciones de intimidad con la pareja, es decir, una relación caracterizada por la cercanía, la confianza y la transparencia. También, en otorgarle a la propia sexualidad un nuevo significado, desprovisto de los mitos y tabúes que por lo general esta encierra. Esto hace que el sexo deje de ser un medio esclavizante para lograr un equilibrio emocional transitorio y se convierta en un fin en sí mismo, en un acto que encierra una dimensión espiritual, la que se vive cuando dos personas son capaces de compenetrarse en el plano del respeto y del amor. 

 

 

     Les dejo con una frase para reflexionar: “El amor consiste en sentir que el ser sagrado tiembla dentro del ser querido”. Platón.